Habemus Papam 2025
Elección del Papa León XIV
Eran alrededor de las 13:10 horas del jueves 8 de mayo de
2025 cuando a través de un mensaje de WhatsApp
me enteré de la “fumata blanca”; la
esperada señal desde la chimenea instalada en el techo de la Capilla Sixtina.
Desde
el inicio del Cónclave 2025 –el 7 de mayo- los ojos del mundo estaban puestos
en esa chimenea: cámaras fotográficas; cámaras de televisión y por supuesto
redes sociales y medios de comunicación a través de Internet. Todos esperábamos
la señal de que un nuevo Papa, un nuevo Obispo de Roma, había sido elegido.
Los
anteriores anuncios papales
Al tratar de poner por escrito mis primeras impresiones
de estos días de cónclave, elección y anuncio, no puedo evitar recordar los
anteriores anuncios papales que me tocó vivir.
El primero para mí fue el del 2005. El 19 de abril de
2005, fue elegido papa el cardenal Joseph Ratzinger, quien tomó el nombre de
Benedicto XVI.
En ese entonces yo era novicio de los Padres de
Schoenstatt y estaba realizando mi práctica social en el Hospital Interzonal
General de Agudos de la ciudad de Mar del Plata, Argentina.
Es el alemán
En medio de las tareas de auxiliar de enfermería que me
habían asignado a mí y a otros dos hermanos de comunidad, uno de los pacientes
nos dice: “ya tienen nuevo jefe; es el alemán”. Enseguida nos dimos cuenta de
que se trataba del cardenal Ratzinger.
En ese entonces todavía no había redes sociales, y las
noticias no tenían la inmediatez actual. Recuerdo que compramos diarios y allí
nos fuimos enterando del Habemus Papam
y de las primeras palabras y bendición del papa Benedicto XVI.
Debo admitir que Ratzinger tenía bastante mala prensa
como el “cardenal de la inquisición”; y algo de esa mala prensa permeó mi
primera impresión. Después de tantos años de papado de Juan Pablo II, era
extraño escuchar en Misa un nombre tan poco común en ese entonces: Benedicto.
Sin embargo, con el tiempo, y sobre todo con su primera
encíclica, Deus caritas est, lo fui
descubriendo, apreciando y admirando. Él había puesto palabras a mi propia
experiencia de fe con Schoenstatt: “No se
comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el
encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a
la vida y, con ello, una orientación decisiva.”[1]
Imposible para mí olvidar su histórica renuncia al
papado. Escuché esa noticia siendo estudiante y preparando el examen para el
Bachillerato en Teología en la Pontifica Universidad Católica de Chile, en
Santiago, el 11 de febrero de 2013.
Georgium Marium
Lo que me lleva al cónclave del 2013 y el anuncio de la
elección del papa Francisco. El 13 de marzo de 2013, estando en el Colegio
Mayor Padre José Kentenich, nos enteramos de la “fumata blanca”. Todos los seminaristas nos dirigimos
apresuradamente a la sala de la televisión para escuchar el anuncio, y luego
ver al nuevo Papa.
Recuerdo que fui de los primeros en comprender que el
Cardenal Bergoglio, entonces Arzobispo de Buenos Aires, Argentina, había sido
elegido Papa. Al escuchar los nombres Georgium
Marium, pronunciados por el cardenal protodiácono, supe que era Él. Pero la
sorpresa mayor vino con la elección del nombre papal: Francisco.
Y mayor fue mi sorpresa al verlo solamente con la sotana
papal blanca, sin muceta ni estola –la cual se la puso posteriormente para
impartir su primera bendición Urbi et Orbi-.
Sin embargo, de ese día recuerdo el momento de silencio y
oración que vivimos todos –tanto los que estaban en la Plaza de San Pedro como
los que seguíamos desde lejos los acontecimientos- cuando el papa Francisco
pidió la oración del pueblo de Dios por el Obispo de Roma.
¡Prevost!
Finalmente
llegamos al 8 de mayo de 2025. Una vez más el annuntio vobis gaudium magnum, me agarra inesperadamente fuera de
Paraguay. Estoy en Argentina, cursando presencialmente una Licenciatura en
Derecho Canónico en la Universidad Católica Argentina.
Y de hecho, a través de un mensaje de WhatsApp, en el grupo de la Facultad de
Derecho Canónico, me enteré de la “fumata
blanca”. ¡Los cardenales eligieron Papa! ¡Un nuevo Obispo de Roma!
Debo decir que me sorprendió la relativa rapidez de la
elección. Por alguna razón imaginé un cónclave un poco más largo. Tal vez la
prensa contribuyó a eso. Eran varios los artículos en Internet que aseguraban
una cierta división en el colegio de cardenales sobre cuál debería ser el
perfil del nuevo Sucesor de san Pedro. Más de uno se preguntaba: ¿será
progresista o conservador? ¿Será europeo, asiático o africano? ¿Seguirá la
línea de Francisco o no?
Todo eso hacía imaginar un cónclave un poco más largo.
Además de la lista de “papables” según los distintos medios de comunicación y
los vaticanistas ad hoc.
Y sin embargo, Dios que siempre nos excede, que siempre
nos “primerea” –a decir del papa
Francisco-, una vez más nos sorprendió. El segundo día del cónclave, en la
cuarta ronda de votaciones, el cardenal Robert Francis Prevost, fue elegido
Sucesor de san Pedro.
Con mis hermanos de comunidad seguimos la transmisión a
través de la página web Vatican Media.
Quisimos asegurarnos de seguir un buen recuento de los acontecimientos que se
estaban viviendo en la Plaza de san Pedro. Pero esta vez, sí que el Habemus Papam se da en el contexto de la
inmediatez de las redes sociales.
Por un momento la señal de Vatican Media se retrasó, y por medio de un mensaje de WhatsApp un hermano de comunidad
escribía: “¡Prevost! Dios es grande y nos
quiere”.
Mi primera impresión fue; ¡un estadounidense! Pero luego
de que la señal de Vatican Media
retomó su conexión –entre medio nos perdimos al anuncio del cardenal
protodiácono- y pudimos ver ya al nuevo papa, León XIV, mi primera impresión
cambió.
Admito que me alegró verlo vestir el hábito coral
completo del Papa. Pero sobre todo su rostro me transmitió paz y una serena alegría.
En el balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro, se veía a este
hombre sereno que contemplaba a gran parte del pueblo que Dios le confió.
Serenidad, contenida emoción y alegría.
La paz esté con todos
ustedes
Y todo esto se confirmó al escuchar sus primeras palabras
a Roma y al mundo: “¡La paz esté con
todos ustedes! Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el Buen Pastor,
que ha dado la vida por la grey de Dios. También yo quisiera que este saludo de
paz entre en sus corazones, llegue a sus familias, a todas las personas,
dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con
ustedes!”[2]
Su llamado tan claro a la paz me tocó, y estoy seguro
tocó el corazón de muchos hombres y mujeres. Con una voz serena pero fuerte, el
Vicario de Cristo, nos llamaba y nos marcaba el camino: el camino de la paz.
Paz para tantos conflictos internacionales y globales; pero paz también para tantos pequeños grandes conflictos en las comunidades, en las familias, y en el corazón de cada uno de nosotros. La paz que proviene de Cristo Resucitado, “una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente.”[3]
En el resto de su primer discurso es claro que asume las
grandes líneas del papa Francisco –hoy en día, líneas de toda la Iglesia-:
sinodalidad, misión y misericordia. León XIV, desde su originalidad agustiniana
y americana –tanto por su proveniencia norteamericana como por su experiencia
peruana- asume el legado de Francisco, y lo lleva hacia adelante -también con
la referencia a León XIII y su Rerum
novarum-: “Sin miedo, unidos, tomados
de la mano con Dios y entre nosotros sigamos adelante. Somos discípulos de
Cristo. Cristo nos precede.”[4]
Sí, Cristo nos precede. Y una vez más nos ha regalado un
Pastor, nos ha regalado a Pedro, nos ha regalado a León XIV. Caminemos juntos;
caminos con nuestro Papa detrás de Jesucristo y con María, Madre de la Iglesia;
Madre de la Paz; Madre de la Esperanza.
El Papa León me llena de alegría y esperanza. La vida es
un camino. Caminemos con el Papa, llenos de esperanza; somos peregrinos de esperanza. Muchos
peregrinos, que en el único Cristo, nos hacemos uno: In Illo uno unum; es decir, en
el único Cristo nos hacemos uno.[5]
P. Óscar Iván
Saldívar, I.Sch.
Rector
del Santuario de Tupãrenda – Schoenstatt
9
de mayo de 2025
Facultad de Derecho
Canónico, UC Argentina
[1] BENEDICTO XVI, Deus caritas est, 1
[2] LEÓN
XIV, Primera bendición «Urbi et Orbi» del Santo Padre León XIV, 08.05.2025
[en línea]. [fecha de consulta: 11 de mayo de 2025]. Disponible en: <https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2025/05/08/080525a.html>
[3] Ibídem
[4] Ibídem
[5] Cf.
VATICAN NEWS, Fue publicado el escudo y el
lema del Papa León XIV [en línea]. [fecha de consulta: 11 de mayo de 2025].
Disponible en:< https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2025-05/fue-publicado-el-escudo-y-el-lema-del-papa-leon-xiv.html>
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