Solemnidad del Sagrado
Corazón de Jesús
Mt
11, 25 – 30
Ver el corazón de Jesús
Queridos hermanos y
hermanas:
Celebramos hoy la Solemnidad
del Sagrado Corazón de Jesús. También hoy la Iglesia nos invita a una jornada de oración por la santificación de
los sacerdotes. Probablemente esto se debe a la hermosa expresión del santo
cura de Ars: “el sacerdocio es el amor del corazón de Jesús”.[1]
Pero volvamos nuestra mirada al Sagrado Corazón de Jesús.
¿Qué nos dice la Liturgia de la Palabra
respecto del corazón de Jesús? Partamos del texto evangélico (Mt 11, 25 – 30).
«Te alabo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra»
«Te alabo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los
prudentes y haberlas revelado a los pequeños» (Mt 11, 25).
Dios revela el corazón de su Hijo a los pequeños… No a
los que se tienen por sabios, por justos, por dignos: no a los que se creen y
se muestran auto-suficientes. Sino a los que se saben y experimentan pequeños,
frágiles y necesitados de ayuda.
Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús en el Santuario Original. Schönstatt, Vallendar, Alemania; 2020. |
¡Qué palabras más fuertes y a la vez consoladoras! Qué
bien nos haría tomarlas en serio, creer en esta palabra que Dios nos dirige,
creer en el criterio de predilección de Dios: «has revelado estas cosas a los pequeños»; «el Señor se prendó de
ustedes y los eligió».
Sí, animémonos a creer que el corazón de Jesús nos ama;
el corazón de Jesús late de amor por nuestra pequeñez; Él quiere acoger nuestra
pequeñez en su corazón.
Ver el corazón de Jesús
Por lo tanto, para ver el corazón de Jesús, tenemos que
ser capaces de reconocer nuestra pequeñez y mostrarle nuestro pequeño corazón a
Dios: con sus anhelos y debilidades; con sus carencias y capacidades; con sus
temores y esperanzas; con sus aciertos y errores, incluso con sus pecados.
Mostrándole a Dios nuestro humano corazón, aprenderemos a
percibir el sagrado corazón de Jesús como corazón paciente y manso donde
encontrar ternura, consuelo y descanso (cf. Mt
11, 28 – 29).
Y entonces podremos hacer nuestras las palabras de la Primera Carta de Juan: «hemos conocido el amor que Dios nos tiene y
hemos creído en él» (1 Jn 4, 16).
A María, Madre de
corazón inmaculado, le pedimos que nos enseñe a ser pequeños para así
conocer el corazón de Jesús, para así conocer el amor de Dios y creer en él.
Amén.
P. Oscar Iván
Saldívar F., I.Sch.P.
Santuario Original
- Schönstatt, Vallendar, Alemania
20 de Junio de 2020