Domingo 2° de Adviento –
Ciclo C
Lc
3, 1- 6
«Dios dirigió su palabra a
Juan»
Queridos hermanos y
hermanas:
Celebrando todavía a la Santísima Virgen María en su Inmaculada Concepción, nos abrimos ya al
Domingo 2° de Adviento con las
lecturas que han sido proclamadas en esta tarde.
Nada
más apropiado que orientar nuestros corazones hacia el Adviento -hacia ese tiempo y dinámica en que la Palabra de Dios
viene a nuestro encuentro- cuando celebramos a aquella Mujer que supo acoger en
su seno al Verbo del Padre.
En
efecto, María “es la Inmaculada Concepción, la «llena de gracia» por Dios
(cf. Lc 1,28),
incondicionalmente dócil a la Palabra divina (cf. Lc 1,38). Su fe obediente plasma cada instante de su
existencia según la iniciativa de Dios. Virgen a la escucha, vive en plena sintonía
con la Palabra divina.”[1]
«Dios dirigió su palabra a
Juan»
Precisamente así nos presenta la Liturgia de la Palabra a Juan Bautista que fue precursor del Mesías:
como a alguien que vive a la escucha de la Palabra de Dios y por ello en
sintonía íntima con esa Palabra.
Luego de que el evangelista hace una minuciosa
presentación de las coordenadas espacio-temporales de la actividad del Bautista
(cf. Lc 3, 1-2a), dice con toda
sencillez y contundencia: «Dios dirigió
su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó
entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de
conversión para el perdón de los pecados.» (Lc 3, 2b-3).
Llegados a este punto es importante resaltar dos aspectos
de este texto para poder comprender plenamente el mensaje que nos quiere
transmitir. En primer lugar, con “la abundancia de referencias a todas las
autoridades políticas y religiosas de Palestina en los años 27 y 28 d.C. (…) el
evangelista quiere mostrar a quien lee o escucha que el Evangelio no es una
leyenda, sino la narración de una historia real; que Jesús de Nazaret es un
personaje histórico que se inserta en ese contexto determinado.”[2]
En segundo lugar se encuentra lo más importante; “después
de esta amplia introducción histórica, el sujeto es “la Palabra de Dios”,
presentada como una fuerza que desciende de lo alto y se posa sobre Juan
el Bautista.”[3]
El verdadero actor del relato, el verdadero motor de la historia humana es la
Palabra de Dios acogida en el corazón con libertad y responsabilidad.
Luego
de que Juan acoge en su interior esa Palabra que viene de lo alto, se pone en
camino y recorre «toda la región del río
Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.»
(Lc 3, 3).
«Preparen el camino del
Señor, allanen sus senderos»
Al hacerlo cumple la profecía de Isaías: «Una voz grita en el
desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán
rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los
senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los
hombres verán la Salvación de Dios.» (Lc
3, 4-6).
San Juan el Bautista predicando en el desierto. Óleo sobre tela. Anton Raphael Mengs, c. 1760. Museum of Fine Arts, Houston, Texas, US. Wikimedia Commons. |
Pero
al mismo tiempo, en esta relación entre voz
y Palabra, se nos muestra también la
necesidad que tiene la Palabra de instrumentos aptos y dóciles. ¿Encontrará hoy
la Palabra instrumentos aptos y dóciles entre nosotros? ¿Podrá hoy la Palabra
plasmarnos a nosotros, para luego plasmar a la realidad a través de nosotros?
Este
tiempo de Adviento puede ser un
tiempo privilegiado durante el cual desafiarnos a nosotros mismos y
ejercitarnos en “recuperar el silencio para meditar la Palabra que se nos
dirige.”[5]
Silencio que no es mera ausencia de ruido exterior, sino recogimiento y
serenidad interior que permiten concentrarse en la escucha que acoge la Palabra
y nos hace disponibles a su acción en nosotros. Entonces también nosotros
participaremos de la certeza de san Pablo: «Estoy
firmemente convencido de que Aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá
completando hasta el Día de Cristo Jesús.» (Flp 1, 6).
«El año decimoquinto del
reinado del emperador Tiberio»
La Palabra necesita instrumentos, necesita voces que la hagan presente en medio de
tantos ruidos y palabras que ofrece el mundo. La Palabra se acoge en el
silencio de la intimidad, de la oración y de la interioridad. Pero también es
cierto que se nos dirige la Palabra de Dios en un contexto determinado. En
aquel entonces el contexto estaba dado por el emperador Tiberio y las demás
autoridades políticas y religiosas de la región (cf. Lc 3, 1 – 2).
Hoy toca a cada uno de nosotros tomar consciencia del
contexto en el cual la Palabra de Dios se nos dirige. Mirando nuestra situación
personal, familiar, comunitaria y social, podremos discernir lo que la Palabra
quiere realizar en nosotros y a través de nosotros.
Mirando con sinceridad nuestra propia realidad podremos
discernir cuáles son los senderos sinuosos que debemos enderezar (cf. Lc 3, 5), cuáles son los caminos de
humildad y conversión que debemos recorrer personalmente y con nuestros
hermanos. Al acoger en nuestro interior la Palabra siempre debemos preguntarnos
con fe: ¿Qué me dice la Palabra en
esta situación concreta de mi vida? Sólo entonces veremos en nuestra propia
vida «la Salvación de Dios» y
podremos ser voz que porta la Palabra
de Dios.
A María Inmaculada, Tota
Pulchra – Toda Hermosa porque tiene “el corazón totalmente orientado hacia Dios”[6],
le pedimos que en este tiempo de Adviento
nos enseñe a escuchar con los oídos y con el corazón la Palabra que el Padre nos
dirige y que acogiendo en nuestro interior la Palabra Eterna nos transformemos en
voz que anuncia a nuestro tiempo «la Salvación de Dios». Amén.
[1]
BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Verbum
Domini sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia,
27.
[2]
BENEDICTO XVI, Ángelus, domingo 6 de
diciembre de 2009 [en línea]. [fecha de consulta: 8 de diciembre de 2018]. Disponible
en: <http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/angelus/2009/documents/hf_ben-xvi_ang_20091206.html>
[3]
Ibídem
[4]
BENEDICTO XVI, Carta encíclica Spe Salvi
sobre la Esperanza cristiana, 2.
[5]
PAPA FRANCISCO, Bula Misericordiae Vultus
de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, 13.
[6] PAPA
FRANCISCO, Tweet, domingo 8 de diciembre
de 2018 en la cuenta @Pontifex_es [en línea]. [fecha de consulta: 8 de diciembre
de 2018]. Disponible en: <https://twitter.com/Pontifex_es/status/1071351180238831616>
Amén!
ResponderEliminarAmen..
EliminarPalabra que realiza lo que anuncia, palabra que cambia la vida y plasma la realidad.Que así sea 🙏
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