La vida es camino

Creo que una buena imagen para comprender la vida es la del camino. Sí, la vida es un camino. Y vivir se trata de aprender a andar ese camino único y original que es la vida de cada uno.
Y si la vida es un camino -un camino lleno de paradojas- nuestra tarea de vida es simplemente aprender a caminar, aprender a vivir. Y como todo aprender, el vivir es también un proceso de vida.
Se trata entonces de aprender a caminar, aprender a dar nuestros propios pasos, a veces pequeños, otras veces más grandes. Se trata de aprender a caminar con otros, a veces aprender a esperarlos en el camino y otras veces dejarnos ayudar en el camino. Se trata de volver a levantarnos una y otra vez cuando nos caemos. Se trata de descubrir que este camino es una peregrinación con Jesucristo hacia el hogar, hacia el Padre.
Y la buena noticia es que si podemos aprender a caminar, entonces también podemos aprender a vivir, podemos aprender a amar... Podemos aprender a caminar con otros...
De eso se trata este espacio, de las paradojas del camino de la vida, del anhelo de aprender a caminar, aprender a vivir, aprender a amar. Caminemos juntos!

sábado, 8 de diciembre de 2018

«Dios dirigió su palabra a Juan»


Domingo 2° de Adviento – Ciclo C

Lc 3, 1- 6

«Dios dirigió su palabra a Juan»

Queridos hermanos y hermanas:

            Celebrando todavía a la Santísima Virgen María en su Inmaculada Concepción, nos abrimos ya al Domingo 2° de Adviento con las lecturas que han sido proclamadas en esta tarde.

Nada más apropiado que orientar nuestros corazones hacia el Adviento -hacia ese tiempo y dinámica en que la Palabra de Dios viene a nuestro encuentro- cuando celebramos a aquella Mujer que supo acoger en su seno al Verbo del Padre.

En efecto, María “es la Inmaculada Concepción, la «llena de gracia» por Dios (cf. Lc 1,28), incondicionalmente dócil a la Palabra divina (cf. Lc 1,38). Su fe obediente plasma cada instante de su existencia según la iniciativa de Dios. Virgen a la escucha, vive en plena sintonía con la Palabra divina.”[1]

«Dios dirigió su palabra a Juan»

            Precisamente así nos presenta la Liturgia de la Palabra a Juan Bautista que fue precursor del Mesías: como a alguien que vive a la escucha de la Palabra de Dios y por ello en sintonía íntima con esa Palabra.

            Luego de que el evangelista hace una minuciosa presentación de las coordenadas espacio-temporales de la actividad del Bautista (cf. Lc 3, 1-2a), dice con toda sencillez y contundencia: «Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.» (Lc 3, 2b-3).

            Llegados a este punto es importante resaltar dos aspectos de este texto para poder comprender plenamente el mensaje que nos quiere transmitir. En primer lugar, con “la abundancia de referencias a todas las autoridades políticas y religiosas de Palestina en los años 27 y 28 d.C. (…) el evangelista quiere mostrar a quien lee o escucha que el Evangelio no es una leyenda, sino la narración de una historia real; que Jesús de Nazaret es un personaje histórico que se inserta en ese contexto determinado.”[2]

            En segundo lugar se encuentra lo más importante; “después de esta amplia introducción histórica, el sujeto es “la Palabra de Dios”, presentada como una fuerza que desciende de lo alto y se posa sobre Juan el Bautista.”[3] El verdadero actor del relato, el verdadero motor de la historia humana es la Palabra de Dios acogida en el corazón con libertad y responsabilidad.

Luego de que Juan acoge en su interior esa Palabra que viene de lo alto, se pone en camino y recorre «toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados.» (Lc 3, 3).

«Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos»

            Al hacerlo cumple la profecía de Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios.» (Lc 3, 4-6).

           
San Juan el Bautista predicando en el desierto.
Óleo sobre tela. Anton Raphael Mengs, c. 1760.
Museum of Fine Arts, Houston, Texas, US.
Wikimedia Commons.
Juan Bautista al acoger en su interior la Palabra de Dios se vuelve instrumento de esa Palabra. Él es la voz que porta la Palabra. Él es el instrumento que con docilidad realiza aquello que la Palabra anuncia. A través de su corazón y de sus labios humanos, la Palabra divina muestra que no es sólo palabra informativa sino “performativa”; es decir, palabra que realiza lo que anuncia, palabra que cambia la vida y plasma la realidad.[4]

Pero al mismo tiempo, en esta relación entre voz y Palabra, se nos muestra también la necesidad que tiene la Palabra de instrumentos aptos y dóciles. ¿Encontrará hoy la Palabra instrumentos aptos y dóciles entre nosotros? ¿Podrá hoy la Palabra plasmarnos a nosotros, para luego plasmar a la realidad a través de nosotros?

Este tiempo de Adviento puede ser un tiempo privilegiado durante el cual desafiarnos a nosotros mismos y ejercitarnos en “recuperar el silencio para meditar la Palabra que se nos dirige.”[5] Silencio que no es mera ausencia de ruido exterior, sino recogimiento y serenidad interior que permiten concentrarse en la escucha que acoge la Palabra y nos hace disponibles a su acción en nosotros. Entonces también nosotros participaremos de la certeza de san Pablo: «Estoy firmemente convencido de que Aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús.» (Flp 1, 6).

«El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio»

            La Palabra necesita instrumentos, necesita voces que la hagan presente en medio de tantos ruidos y palabras que ofrece el mundo. La Palabra se acoge en el silencio de la intimidad, de la oración y de la interioridad. Pero también es cierto que se nos dirige la Palabra de Dios en un contexto determinado. En aquel entonces el contexto estaba dado por el emperador Tiberio y las demás autoridades políticas y religiosas de la región (cf. Lc 3, 1 – 2).

            Hoy toca a cada uno de nosotros tomar consciencia del contexto en el cual la Palabra de Dios se nos dirige. Mirando nuestra situación personal, familiar, comunitaria y social, podremos discernir lo que la Palabra quiere realizar en nosotros y a través de nosotros.

            Mirando con sinceridad nuestra propia realidad podremos discernir cuáles son los senderos sinuosos que debemos enderezar (cf. Lc 3, 5), cuáles son los caminos de humildad y conversión que debemos recorrer personalmente y con nuestros hermanos. Al acoger en nuestro interior la Palabra siempre debemos preguntarnos con fe: ¿Qué me dice la Palabra en esta situación concreta de mi vida? Sólo entonces veremos en nuestra propia vida «la Salvación de Dios» y podremos ser voz que porta la Palabra de Dios.

            A María Inmaculada, Tota Pulchra – Toda Hermosa porque tiene “el corazón totalmente orientado hacia Dios”[6], le pedimos que en este tiempo de Adviento nos enseñe a escuchar con los oídos y con el corazón la Palabra que el Padre nos dirige y que acogiendo en nuestro interior la Palabra Eterna nos transformemos en voz que anuncia a nuestro tiempo «la Salvación de Dios». Amén.     
           



[1] BENEDICTO XVI, Exhortación Apostólica Verbum Domini sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, 27.
[2] BENEDICTO XVI, Ángelus, domingo 6 de diciembre de 2009 [en línea]. [fecha de consulta: 8 de diciembre de 2018]. Disponible en: <http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/angelus/2009/documents/hf_ben-xvi_ang_20091206.html>
[3] Ibídem
[4] BENEDICTO XVI, Carta encíclica Spe Salvi sobre la Esperanza cristiana, 2.
[5] PAPA FRANCISCO, Bula Misericordiae Vultus de convocación del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, 13.
[6] PAPA FRANCISCO, Tweet, domingo 8 de diciembre de 2018 en la cuenta @Pontifex_es [en línea]. [fecha de consulta: 8 de diciembre de 2018]. Disponible en: <https://twitter.com/Pontifex_es/status/1071351180238831616>

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